Muéstrame cómo hablas y te diré de dónde eres

Aprende idiomas April 7, 2016

Esto era un italiano, un alemán, un español y un francés… ¡No, no es un chiste! Estamos hablando de idiomas (o, mejor dicho, de acentos). Si un italiano, un alemán, un español y un francés quedasen en un bar de San Francisco, por ejemplo, y hablan entre sí en inglés, ¿podríamos identificar de dónde es cada uno?

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Lo más importante cuando se vive en el extranjero es hablar bien el idioma, aunque sea con pequeños errores de pronunciación. Dejemos los juegos de palabras, las estructuras muy complejas y los sonetos de Shakespeare a los académicos; para sobrevivir en un país extranjero, solo se necesitan conocimientos básicos (pero bien consolidados) de gramática y ser un poco aventurero.

Eso sí, para los más puristas –esos que hablan inglés mejor que la reina de Inglaterra y señalan con el dedo a sus conciudadanos–, hemos preparado una lista de rasgos inconfundibles para identificar a italianos, alemanes, españoles y franceses en cuanto abren la boca.

¿Empezamos por Italia? Gracias a su estilo único, los italianos son muy fáciles de identificar cuando están fuera de su hábitat natural: visten de marca de arriba abajo, llevan las gafas de sol puestas hasta en el metro, hablan a gritos por teléfono… y toda duda se despeja en cuanto dicen las palabras mágicas: «Good morning!».

  • Los italianos tienen serias dificultades para pronunciar la «h»: para ellos, este es un accesorio lingüístico puramente decorativo que, en italiano, sirve para diferenciar un verbo de una preposición. ¡En inglés, sin embargo, sí hay que pronunciarlo! Así pues, si oyes a un grupo de italianos decir que están angry, no te asustes, probablemente quieran decir hungry.
  • Hay otro sonido que da muchos quebraderos de cabeza a los italianos, básicamente porque no existe en su idioma: ¡hablamos del famoso «-th»! Palabras como the y this sonarán inevitablemente a «de» y «dis».
  • ¿Hablamos de la «r»? A los italianos les encanta pronunciar consonantes (por eso tienen tantas dobles consonantes) y les cuesta un montón reproducir sonidos británicos suaves y armoniosos, como en car (/kɑː/).
  • Debido a su amor incondicional por las consonantes, los italianos también pronuncian absolutamente todas las letras de las palabras que acaban en «-ing» (como los gerundios).

 

Los italianos y los alemanes tienen una cosa en común: su amor por las consonantes. La diferencia es que los alemanes son muy precisos y tienen un nombre para todo, incluso para clasificar sus errores de pronunciación:

  • El Auslautverhärtung (endurecimiento final) es un error de pronunciación bastante habitual. Los alemanes tienden a enfatizar la última consonante de las palabras, haciendo que una consonante «débil» se convierta en «fuerte». Por ejemplo, dog se convierte en «dok».
  • No obstante, el error más común es –lo has adivinado– el «-th»; algunos alemanes lo pronuncian como una «s», ¡un misterio de la fonética!
  • Hay otra consonante a la que los alemanes no acaban de pillar el truco: la w, la cual pronuncian como una «v». ¡La palabra wine se convierte en «vine»!

Como veis, hasta se puede reconocer a los alemanes en el extranjero solo por su acento… ¡y por las sandalias con calcetines!

 

Empezamos este artículo hablando también de un español. En un principio, puede resultar un poco difícil reconocer, por ejemplo, un acento alemán, pero los españoles (al igual que los italianos) no pasamos desapercibidos en el extranjero. Aquí van algunos rasgos característicos de nuestro inglés:

  • ¡No hay «s» sin «e»! Los españoles no podemos evitarlo y ni nos damos cuenta de que (siempre) añadimos una «e» antes de toda palabra que empiece por una «s» seguida de consonante. Así, palabras como school, star, brainstorming, street o special se convierten en «e-school», «e-star», «brain-e-storming», «e-street», «e-special»…
  • ¡La aspiración importa! Un español «de verdad» tiende a pronunciar con fuerza la j, independientemente del idioma. Por ello, palabras como hello, house o hot pasan a sonar más o menos así: «jello», «jouse», «jot»…
  • Otro de nuestros puntos débiles es el sonido «g» del inglés; los españoles no estamos para nada familiarizados con él, ya que no existe en nuestro idioma… ¡y qué mal lo pasamos! Cuando hablamos de nuestro jefe (nuestro manager), decimos /ˈmænɪjə/ en vez de /ˈmænɪdʒə/.

 

Entre el italiano y el español, ¡solo el francés puede hacerles sombra como el acento más fácil de reconocer! Los franceses están tan orgullosos de su cultura, que no tienen problema con que se les note de dónde son cuando están en el extranjero. ¿Sus rasgos característicos? Aquí van algunos:

  • La sílaba tónica es siempre la última de la palbara, como en francés. Finally pasa a ser «finalii» y eventually se convierte en «eventualii».
  • Los franceses también sufren y padecen con el «-th»: lo pronuncian como una mezcla de «z» y «s». En lugar de this, dicen «zis».
  • A la hora de hablar inglés con franceses, uno siempre se pregunta si están hablando inglés o si, de repente, entiende francés. Esto ocurre no solo por su acento, sino porque siempre tratan de meter palabras en francés en la conversación.

 

Tratamos de buscar los fallos más comunes, ¡pero los errores de pronunciación y los diferentes acentos pueden variar mucho en un mismo idioma! Ponte a prueba con nuestro test Guess my Accent. Pero no lo dejes en los primeros niveles, ¡juega hasta el final! ¿Tú también cometes estos errores? ¿Se te ocurren otros que sean muy comunes? ¡Cuéntanoslo en la sección de comentarios!

By Alessandra Flagiello

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