Hay algunos valientes que se lanzan a conversar en otro idioma con un vocabulario muy reducido, sirviéndose de su confianza y un adecuado uso de los gestos. Sin embargo, a casi todo el mundo le dan bastante miedo esas primeras interacciones. Si a ti también te pasa, tranquilo – ¡tiene solución!
Sigue leyendo y descubre nuestros consejos para superar tu miedo a hablar otro idioma:
Paso 1: Entiende tu miedo
¿De qué tienes miedo exactamente? El miedo a hablar un idioma extranjero normalmente tiene que ver con al temor a fracasar o a hacer el ridículo.
Si alguna vez has pronunciado palabras extrañas o incomprensibles durante una entrevista de trabajo, probablemente se deba a ese miedo al fracaso y a lo que piensen los demás. La ansiedad disminuye la capacidad del cerebro para llevar a cabo sus funciones habituales con normalidad, como, por ejemplo, procesar el lenguaje a tiempo real. Si a esto le añadimos la dificultad de utilizar un vocabulario y una gramática extranjeras, es fácil quedarse bloqueado.
Para relajarte, respira hondo, piensa en qué quieres decir y recuerda que nadie espera que lo digas todo a la perfección. Al fin y al cabo, ¡no es tu lengua materna!
Paso 2: Identifica tus puntos flacos
Cuando no se tiene costumbre de hablar en un idioma extranjero, el cerebro necesita un tiempo para procesar las palabras que escucha, traducirlas, pensar una respuesta y verbalizarla. Como es natural, ¡esto requiere más esfuerzo que hablar tu lengua materna!
Reflexiona: ¿qué te cuesta más trabajo? ¿Expresarte con frases coherentes o entender lo que dice tu interlocutor? Prueba a hacerlo así: mientras la otra persona habla, en lugar de ponerte a pensar en qué vas a responder, centra toda tu energía en escuchar a esa persona.
Cuando haya terminado, párate a pensar un momento y contéstale. En caso de duda, ¡céntrate en la comprensión oral!
Paso 3: Entrena la comprensión oral
Si llevas poco tiempo estudiando un idioma, lo normal es que no entiendas todo lo que te digan. De hecho, quizá no entiendas gran cosa.
Ver y escuchar contenidos audiovisuales en el idioma que estás aprendiendo resulta muy útil a la hora de entrenar la comprensión oral y, por lo tanto, ayuda a mejorar la expresión. Eso sí, aunque se puede ampliar el vocabulario y perfeccionar la pronunciación haciendo ejercicios de escucha, no se pueden comparar con la conversación “real”.
Hay que tener en cuenta que, aunque uno esté muy acostumbrado a consumir contenidos audiovisuales en el idioma que se está estudiando, el cerebro trabaja mucho más durante una conversación, ya que no solo hay que comprender lo que se está diciendo, sino también procesarlo todo y formular una respuesta.
Paso 4: Fuera el perfeccionismo
Para llegar a dominar un idioma, hay que pasar por la fase en la que se chapurrea. Cuanto antes te lances a hablar, antes lo harás con fluidez.
Al principio, puede que cometer errores te desanime un poco, pero con el tiempo verás lo mucho que has mejorado y que, a la larga, cometer errores merece la pena. ¡Así que nada de perfeccionismos!
Paso 5: ¡Sonríe!
La conversación empezará mucho mejor si rompes el hielo con una sonrisa. Inténtalo, ¡no tienes nada que perder! Al fin y al cabo, a los hablantes nativos de un idioma normalmente les encanta que los extranjeros quieran hablarlo, ¡sobre todo si es evidente que te estás esforzando al máximo! Así que nada mejor que establecer contacto con un “hola” y una amplia sonrisa.
Paso 6: Intenta hablar con una sola persona
Cuando se junta un grupo de hablantes nativos, la conversación tiende a acelerarse y a complicarse bastante. Las conversaciones con una sola persona son más sencillas, ya que siempre puedes practicarlas en clases particulares, con la ventaja añadida de contar con el apoyo de un profesional.
Si quieres conversar con alguien que no conoces, la clave está en no pensárselo demasiado. ¡Déjate llevar! Cuanto más te lo pienses, más te va a costar. Si viajas solo o estudias un idioma en inmersión, charlar con desconocidos suele ser el comienzo de experiencias que recordarás toda la vida.
Paso 7: Marca el ritmo de la conversación
Si hablas despacio y con claridad, lo normal es que tu interlocutor tienda a hacer lo mismo. Y, si por alguna razón no termina de darse por aludido, nunca está de más pedirle amablemente que hable más despacio – ¡para eso estás aprendiendo el idioma!
Paso 8: No te desanimes si una conversación sale regular
Durante tu aprendizaje, te encontrarás con personas más y menos pacientes, con algunas que pongan más de su parte y con otras a las que simplemente se les dé mejor o peor entender acentos extranjeros. Si tu interlocutor es impaciente o maleducado mientras te esfuerzas por hablar su idioma, no te vengas abajo: en este caso, el problema no eres tú.
Paso 9: Practica conversaciones sencillas del día a día
Muchas conversaciones se repiten en el día a día. Por ejemplo, si cenas en un restaurante, te tomas una copa en un bar o vas de compras, verás que la mayoría de las interacciones siguen más o menos el mismo patrón.
Si te falta seguridad en el idioma que estás aprendiendo, estas conversaciones son ideales para empezar a perder el miedo. Además, ¡la gente suele sacar su lado más paciente cuando intenta venderte algo!
Incluso más allá de estos encuentros tan predecibles, cuando los hablantes nativos se dan cuenta de que estás estudiando su idioma, suelen preguntar de dónde eres y por qué quieres aprenderlo. Estas conversaciones recurrentes te ayudarán a ir ganando seguridad para que puedas pasar a temas más complejos.
Paso 10: Viaja todo lo que puedas y practica el idioma en el extranjero
Puede resultar una obviedad, pero nada mejor que vivir y estudiar en el extranjero para mejorar la fluidez y perderle el miedo a hablar otro idioma. Ya sea para hacer una estancia lingüística, un voluntariado o simplemente una escapada de unos días, ¡siempre habrá una excusa que te permita viajar a lugares donde se hable el idioma que estás aprendiendo!
Así que ya sabes, plántale cara al miedo de hablar otro idioma y haz la maleta, ¡verás como mejoras a pasos agigantados!
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