Todos queremos lo mejor para nuestros hijos. Nos esforzamos por inculcarles valores como la bondad y la empatía y, ante todo, deseamos que sean felices. Eso sí, también queremos prepararlos para la vida adulta y, por qué no, para el éxito profesional. Nuestras vidas cambian a un ritmo vertiginoso con cada avance tecnológico, y no hay duda de que el mercado laboral del mañana poco tendrá que ver con el de hoy. Y no es para menos, visto el impacto de la automatización y la globalización en el mundo del trabajo actual. Cabe preguntarse: ¿qué capacidades valorarán más las empresas en cinco o diez años? ¿Y cómo podemos garantizar que nuestros hijos se abran paso en un mercado laboral cada vez más competitivo?
Un informe reciente de Deloitte sobre el futuro del trabajo destaca, en palabras de uno de los socios de la firma, Frans Dagelet, que “ostentar un título universitario dejará de ser garantía de empleabilidad a largo plazo. Por ello, resultará necesario desarrollar las capacidades fundamentalmente humanas de cada trabajador, sin pasar por alto la importancia de mantener las competencias digitales al día”. Estas capacidades “humanas”, también conocidas como soft skills, son especialmente demandadas por las empresas, y pueden cultivarse y perfeccionarse mediante estancias lingüísticas en el extranjero. Por ejemplo, los niños que aprenden un idioma fuera tienden a trabajar su lado más independiente y su capacidad de adaptación, además de ser más abiertos y contar con una mayor conciencia cultural. Y todo esto sin tener en cuenta los conocimientos lingüísticos adquiridos durante sus estudios, esenciales en el mundo global e interconectado en el que vivimos. Esta experiencia internacional también es muy apreciada en los procesos de selección. No en vano los estudios demuestran que las personas con este valioso bagaje cultural son mejores a la hora de resolver problemas o pensar de forma creativa, entre otras capacidades imprescindibles para el éxito laboral. Si bien es cierto que todo medio es bueno para aprender, sobre todo en plena era digital, la experiencia siempre será la herramienta de aprendizaje más potente.
Sigue leyendo para descubrir cómo estudiar idiomas en el extranjero es una forma estupenda de preparar a tu hijo para el éxito profesional.
Potencia la capacidad de adaptación
Para bien o para mal, trabajar toda la vida en la misma empresa es ya cosa del pasado, por lo que los trabajadores del mañana tendrán que hacer gala de flexibilidad para adaptarse a un mercado laboral en constante evolución. Sumergirse en una cultura diferente implica tener que adaptarse rápidamente a nuevas circunstancias. Por eso, los niños y jóvenes que estudian en el extranjero desarrollan una mentalidad flexible que les hará brillar con luz propia a lo largo de su carrera profesional. Así, serán capaces de responder rápidamente a los retos profesionales como, por ejemplo, adquirir nuevas capacidades en función de las exigencias de su puesto de trabajo.
Inculca a tus hijos un espíritu aventurero
Los niños que dejan atrás la zona de confort del hogar para estudiar en el extranjero demuestran una sed de aventuras y una voluntad de hacer frente a nuevos retos digna de reconocimiento. Por mucho que estudien el idioma en un ambiente seguro y controlado, estudiar fuera obligará a tus hijos a enfrentarse cada día a pequeños retos sin la ayuda de su red de apoyo habitual. Como padres, estos retos a veces pueden parecernos mundanos, como encontrar el aula de clase o pedir un refresco en una cafetería, pero fomentar en tus hijos esta capacidad les ayudará a alcanzar el éxito el día de mañana.
Dota a tus hijos de una perspectiva multicultural
El lugar de trabajo de hoy ya es un espacio global, en el que los profesionales se reúnen con compañeros que trabajan en Australia o en Japón con la misma facilidad que con los que se encuentran en la ciudad de al lado. Dicho de otra forma, las fronteras geográficas están perdiendo importancia a la hora de contratar personal, y los equipos son cada vez más diversos y multiculturales. Los niños y jóvenes que estudian en el extranjero tienen la oportunidad de vivir otra cultura en plena inmersión y de hacer amigos de todo el mundo. Por ello, gozarán de una mayor amplitud de miras y de una valiosa perspectiva multicultural, algo clave para su desarrollo personal y profesional.
Amplía los conocimientos lingüísticos y las competencias comunicativas
Estudiar idiomas en el extranjero aportará a tus hijos la capacidad de dominar un idioma extranjero. De por sí, esto hará destacar el currículo de tu hijo, ya que las empresas internacionales necesitan a personas con conocimientos lingüísticos para sus equipos multiculturales, en los que con frecuencia cada integrante se encuentra en un lugar del mundo diferente. Pero esto no es todo: además de contar con el valor añadido de una lengua extranjera, tu hijo mejorará sus competencias comunicativas generales y conectará con mayor facilidad con otras personas.
Estas son algunas de las competencias y aptitudes que ayudarán a tus hijos a hacerse un hueco en el mercado laboral en un futuro. Al brindar a tus hijos la oportunidad de estudiar en el extranjero, estarás contribuyendo tanto a su crecimiento personal como a la adquisición de las capacidades que necesitarán para triunfar profesionalmente el día de mañana.
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