En cualquier momento de nuestra vida podemos sentir el deseo de aprender un idioma extranjero. Cuando somos jóvenes, dominar un idioma adicional a menudo significa tener nuevas oportunidades profesionales y personales. Por esta razón, la mayoría de escuelas de idiomas reciben a estudiantes entre 18 y 25 años. Pero el tiempo vuela y muchos no han tenido la oportunidad de hacer un curso de idiomas en el extranjero después de graduarse de secundaria o de la universidad. Y de repente, a partir de los 30 años, la necesidad de hablar un idioma extranjero se hace evidente, ya sea por el simple placer de vivir esta experiencia, de viajar o de aprovechar las oportunidades de desarrollo profesional.
Además del éxito creciente de nuestro programa 30+, año tras año, personas de todas las edades se embarcan en la experiencia más enriquecedora de sus vidas con ESL: ¡un curso de idiomas en el extranjero! Las clases compuestas por una gran variedad de participantes de todos los países del mundo, son una verdadera fuente de inspiración y motivación para los estudiantes. A su regreso, todos coinciden en que este viaje les cambió la vida, enriqueció su cultura y amplió sus horizontes.
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Jordi, 35 años, decidió aprender inglés en la India. Él no se arrepiente de su elección y destaca: “en Nueva Delhi descubrí sabores, aromas, colores y sensaciones tan fuertes, que nunca olvidaré esta maravillosa estancia lingüística”. La calidad de la escuela ILSC y las competencias profesionales de los profesores marcaron a Jordi. Él regresó a su natal España, con buenos recuerdos en la cabeza y nuevos conocimientos de inglés, que son muy valiosos para su vida profesional actual.
Fue en Barcelona que Aude-Sophie empezó a estudiar español. Durante dos años seguidos, ella tomó clases en una escuela de idiomas y cada vez regresó transformada: “Las clases eran muy buenas, bien estructuradas y los profesores comprometidos e interesantes”. Seducida por Barcelona (“¡Efervescente las 24 horas! ¡Una fusión eterna entre fiesta, alegría y cultura!”), fue sobre todo el aspecto humano que marcó su experiencia: “Estos viajes me han permitido conocer gente de todo el mundo y de diferentes culturas ¡Y eso es genial! Las grandes mesas en los restaurantes, por la noche, donde se mezclan todas las lenguas …”.
A sus 48 años, Héctor Jaime dejó temporalmente Bogotá para ir a Wimbledon y nos compartió con gran entusiasmo: “Acabo de empezar mi cuarta semana aquí ¡y tengo la suerte de compartir mi experiencia con muchas personas de todo el mundo! Culturas diferentes, visiones variadas del mundo… ¡esto es lo que realmente enriquece mi aprendizaje de inglés!” Aquí lo tenemos en la foto, como pez en el agua, rodeado de jóvenes participantes de Asia y de otras latitudes…
Cómodo a sus cincuenta años, Paul-Hubert es una persona creativa, siempre en busca de nuevos desafíos. Ávido de descubrimientos y bien consigo mismo, él eligió el programa En casa del profesor, para hacer su curso de inglés en una pequeña ciudad de Kent.
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Para el próximo año, ya está todo listo: se inscribirá nuevamente en un curso de dos semanas y disfrutará una vez más “los grupos compuestos por participantes de todos los horizontes, reunidos por una única pasión: aprender ruso”.
Y para terminar, la radiante sonrisa de dos jóvenes treintañeras que viajaron a aprender inglés en Sudáfrica: Sarah y Nicole Anke disfrutaron mucho su estancia en Ciudad del Cabo y “en particular sus clases, con participantes de las más diversas nacionalidades”. Asimismo, les encantó la vista que tenían desde su residencia, ¡de toda Ciudad del Cabo y Mountain Table! “Aprendimos mucho y practicamos inglés en nuestro tiempo libre, por ejemplo explorando las playas de alrededor de la ciudad y escalando la Lion’s Head o la Signal Hill”. Ellas quedaron fascinadas con su país anfitrión y volverán el próximo año para descubrir otros aspectos de Sudáfrica… for sure!
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