¡Aprender un idioma con un hijo o hija es el doble de divertido y satisfactorio que hacerlo solo! Hay muchas formas de pasar un buen rato mientras se aprende en familia, ya sea con juegos o saliendo a comer. Incluso podéis hacer un curso de idiomas en el extranjero para familias allí donde se habla el idioma que estéis estudiando, en el que combinaréis clases del idioma adaptadas al nivel de cada miembro de la familia con actividades divertidas en las que participaréis todos juntos.
Jugando a juegos
Divertíos –y aprended– mientras jugáis. Los juegos de mesa favoritos de tu familia, ya sean el Monopoly o el parchís, son una manera fantástica de practicar la expresión oral en el idioma que estéis estudiando. Si tus hijos son muy pequeños o sois todos principiantes, los juegos de memoria sencillos (esos en los que hay que levantar cartas o tarjetas para formar parejas) son una buena opción para aprender vocabulario básico. Si tus hijos son algo mayores o si tu familia ya tiene una buena base en el idioma, probad con el Pictionary, el Scrabble, el Cluedo o incluso con los juegos de adivinanzas. ¡Cualquier juego sirve! Simplemente hay que seguir una norma: ¡solo podéis hablar en el idioma que estáis aprendiendo! Otros juegos lingüísticos divertidos en los que puede participar toda la familia son los crucigramas, las sopas de letras o el ahorcado.
Incorporando el idioma a vuestro día a día
Usad a diario el idioma en cuestión. Podéis empezar por algo tan fácil como saludaros en esa lengua, para luego ir incorporando frases nuevas. Para mantener a tus hijos motivados, invítalos a que sean ellos los que propongan frases divertidas que incorporar. También podéis pegar notas por la casa para ampliar vuestro vocabulario; no solo sustantivos como “mesa” o “silla”, sino también expresiones útiles o frases graciosas. Es una manera excelente de involucrar a los más pequeños de la casa, a los que les encantará pegar las notas con los nuevos términos y dichos. Si te parece mucho lío, una alternativa es poner letras magnéticas en la nevera y que cada miembro de la familia escriba, por turnos, algo para sorprender o divertir a los demás.
¡Comiendo también se aprenden idiomas!
Si queréis aprender francés, italiano o portugués, por ejemplo, ¿por qué no salir a comer a un restaurante especializado en la gastronomía del país? Conversad en italiano mientras disfrutáis de unos antipasti, en francés mientras degustáis un gallo al vino o en portugués mientras saboreáis los excelentes pastelitos lusos. Antes de llegar al restaurante, intentad que cada uno piense en unas cuantas frases para utilizar durante la comida. Además, a través de la gastronomía se aprende mucho sobre otras culturas y ayuda a despertar la curiosidad de los niños. Si en tu familia sois de probar comidas nuevas, ¿por qué no os apuntáis a un curso de cocina con un profesor nativo? ¡Así, podréis practicar el idioma mientras disfrutáis de una actividad en familia!
Viendo películas y series extranjeras
Elegid algunas series y películas del país en cuestión y vedlas en versión original subtitulada. Si estás aprendiendo con niños de corta edad o si vuestros conocimientos aún son limitados, decantaos por los dibujos animados o las películas infantiles. Si tus hijos ya tienen una edad o domináis bastante el idioma, elegid una serie o película que os apetezca a todos. Empezad poniéndole subtítulos en vuestro idioma, pero, a medida que vayáis progresando, ponedlos en la lengua que estáis aprendiendo. Es un método muy eficaz para ampliar el vocabulario.
Haciendo amigos: intercambios de idiomas y grupos de juego
Si tienes hijos pequeños, averigua si hay grupos de juego en el idioma en cuestión en vuestra zona. Los niños de muy corta edad son como esponjas; hacen amigos y aprenden idiomas con mucha facilidad. También puedes aprovechar el grupo de juego para practicar el idioma con los padres de los otros niños y niñas… igual haces nuevos amigos con los que organizar intercambios de idiomas. ¡Como ves, es una opción útil para toda la familia!
Haciendo un curso de idiomas en familia
Sin duda, la forma más eficaz de mejorar rápidamente las habilidades lingüísticas de tu familia es participar en un programa de estudios en el extranjero para familias, durante el cual os sumergiréis en la cultura local. Viajar juntos al extranjero para estudiar un idioma es una experiencia fantástica que os permitirá conocer cómo es la vida en otro país y mejorar a pasos agigantados las habilidades lingüísticas de toda la familia. Por las mañanas, asistiréis a clases adaptadas a vuestras necesidades y, por las tardes, podréis participar en una gran variedad de actividades divertidas.
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